Cuando como nuggets, me pongo gordita y me acuerdo que pican, mientras SUFRO en el baño |
Lo malo de esta buena historia, es que cuando me despido de Pololo siempre parece una escena trágica de "los 80" (la serie más deprimente de la historia), porque mis desgarradores llantos y pataletas de niña pequeña son dignos de un Óscar. (Mentira, no lloro ni pataleo, pero es una forma de exagerar que no me quiero ir nunca de zuz brazoz *-*)
Sí, soy demasiado mamona, cuando tengo miedo soy mamona, cuando estoy feliz, soy mamona; cuando lloro, soy mamona, en realidad mi ser en cualquiera de sus estados anímicos será mamón.
Situación totalmente NO real |
Y por fin, cuando estás en el transporte, pasas, pagas (o intentas pagar, porque SIEMPRE tienes saldo insuficiente), le dices "Hola" al chofer, y de repente, me pongo de nuevo paranoica: TODOS me están mirando... ¿o no?.
No estoy loca, no estoy loca, no estoy loca... |
Dato curioso sobre esto último: Leí un maravilloso y tranquilizante reportaje en el que entrevistaban a "EX VIOLADORES" y mostraban técnicas para ayudar a las MUJERES A NO SER VIOLADAS. Sí, tal como leyeron, a no ser violadas, mientras los hombres se tocan las manos y se pasan la lengua por los labios pensando en su próxima víctima. Eduquen a sus hijos para que no violen mujeres!!! Las mujeres no somos un objetooooo :'(. Bueno, a lo que iba, es que uno de los más prudentes y sensatos actos que una mujer debía hacer para no ser violada, era agarrarse el pelo y hacerse un tomate chic, pues los VIOLADORES prefieren a víctimas de pelo largo, que sean fáciles de tironear (La cola de caballo es menos válida) Así que chicas, ésta ha sido una lección para no provocar a los hombres a violarlas (Sick Sad World u.u.u.u.u).
Yo SIEMPRE desconfío de la gente que está en la micro. Siempre. No es una cosa excelente, pero si es muy práctica, porque la cantidad de cosas que te pueden suceder en la micro es impaktante (a la moda estar), porque hoy en día la gente está rallada del coco.
Hace unos meses, me pasó que iba toda chic paseando por las calles de providencia, y me subí a una micro, y OJO, que desde afuera, caché que un gallo me estaba mirando y me daba mala vibra, porque no eran esas personas que sólo te miran de reojo, si no que me MIRABA-MIRABA, me MEGA-MIRABA con cara de ash violador. La cosas es que, subiendo a la micro, tiritando con los ojos bien abiertos, me senté en uno de los asientos de más adelante y ashí por la curioshidad, miré para atrás PIOLAMENTE (así como las mujeres sabemos (ironía)) y ahí estaba de nuevo...
Esto no es una exageración. El psicópata de la micro estaba exactamente así, con sus dientes amarillos sonriendo, mirándome, con hambre de niñas inocentes |
Me devolví y estaba desesperada... ¿Qué pasaba si se bajaba en mi mismo paradero para perseguirme y llevarme un callejón? Naaa, estás loca Daniela, quizás por casualidad justo estaba así, cuando miré, en un ángulo perfecto JUSTO PARA MIRARME... AY MAMACITA
Cuando terminé mi horrible y estresante recorrido, pareciendo de esas viejas sudadas, estresadas-amargadas a las que no les das el asiento y te pelan con la vieja de al lado o te pegan con las bolsas del supermercado, por fin bajé, con la esperanza de no volver a ver su sucio y feo rostro que ocultaba esas malas intenciones que tenía conmigo... Me di vuelta y vi la micro partir. UFFFF... UFFFFF... todo había ido muy bien hasta que miré por la ventana y ahí estaba de nuevo el sicópata con su cara fea de asesino en serie. Me saqué un gran peso de encima. CUEEEEEEEECK, ésta vez, erré (Hasta las mujeres más perfectas se equivocan)
El sicópata seguía mirándome por la ventana. Caraaay. |
Una vez que fuí la yeta máxima y menos prudente de la vida (muy poco propio en mí), me robaron el celular (Un minuto de silencio por favor...)
Esto pasó en la micro también (cuéntate una nueva). Me subí, y como tan genius que soy me fuí para atrás, justamente dónde a Amiga le robaron el celular una semana atrás, y después de varios varios varios minutos de observar gente sospechosa rodeándome (principal sospechoso, un cowboy) me acordé con tan brillante mente que tengo y me dije "Ziedto, zi me voy atráz me robaran el zelular"...
Poniéndo cara de "genius" al recordar que no me debía ir atrás en la micro. Pero ya era muy tarde. |
Sorpresa! me bajé de la micro y mi celular ya no yacía en mi cartera Louis Vuitton cuneta.
Y después de eso sufrí mucho, creí que me perdería para siempre, que no podría encontrar más a mi familia ni a mis amigos, me encerraría para siempre en el Alto Las Condes (lugar de la pérdida, totalmente "lejos de mi casa") me convertiría en vagabunda y pediría dinero para comprar nuggets y comerlos con salsa agridulce. Pero, wow sorpresa, eso no fué así porque llegó Amiga y me rescató de tan riesgosa situación. Y me puse a llorar exageradamente.
Las experiencias en la micro no siempre son las mas dichosas y provechosas, siempre te va a tocar algún vejete verde semi-karadima, semi-zakarach que intentará persuadirte (nunca lo logra, así que lo hará a la fuerza) para que caigas en sus grotescos y asquerosos brazos de viejo verde. Niñas, por favor, NUNCA CONFÍEN EN NADIE, LAS PUEDEN VIOLAR, LES PUEDEN ROBAR, PORQUE LA VIDA HA SIDO CREADA PARA QUE DESGRACIAS COMO ÉSTAS SUCEDAAAAAAAAAAN mentira, no se asusten, pero tomen siempre las precauciones adecuadas.
Hoy no le he contado a Pololo, pero después de despedirme de él, se subió uno de esos mirones a la micro. Y lo admito, me hice un tomate.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario